Hay demasiado picante en las elecciones mexicanas: la duda sobre la legitimidad del resultado.
Antes de empezar este post, quiero dejar claro que soy neutra en el análisis de la política de México. Como he escrito muchas veces aquí en el blog, lo que me importa es la limpieza y legitimidad del proceso electoral. Así, no llegaré a criticar Peña Nieto o López Obrador. Análisis personal de los candidatos dejo para los politólogos, si así los lectores me permiten.
Lo que sí será el centro del análisis son las innumerables reacciones ante el resultado que declaró la victoria del PRI (Partido Revolucionario Institucional), y su retorno al poder después de 12 años de gobierno PAN (Partido Acción Nacional).
Luego por la mañana (en España) las noticias que venían eran muy contradictorias. El IFE (Instituto Electoral Federal) emitía los datos oficiales, pero con algo más de 60% de los votos contados informalmente ya se declaraba como vencedor a Peña Nieto. Obviamente que no fue el IFE que transmitió dicha información, pero aquí va mi primera crítica: no se asume un candidato como vencedor cuando todavía hay un margen matemático de cambio en los resultados. Me pareció precipitado que el PAN, a través de su candidata Josefina Vázquez Mota saliera públicamente admitiendo la derrota con dicho porcentual. Sin embargo, tampoco fue lo más grave que haya pasado.
AMLO, ya cargando sus traumas de haber enfrentado un fraude electoral histórico, no solo no reconoció la victoria del PRI, sino también pretende impugnar las elecciones. Además, no es solo AMLO que no admite el regreso del PRI. Hay muchas manifestaciones de repudio al resultado de las elecciones, tanto de parte de mis amigos que están en MX y ES, como en el internet. Incluso el movimiento "Yo Soy 132" salió a las calles protestando en contra de dichos resultados. He intentado leer la mayor cantidad de periódicos posibles, pero les confieso que las informaciones son demasiado dispares que me hicieron dudar de casi todos. Sí, la duda también está presente en mi opinión.
Para reforzar el clima de incertidumbre, hay muchas denuncias de fraudes, historias de presidentes de casillas que han presenciado irregularidades, sospechas de masivas compras de voto, incluso se habla en robo de urnas electorales. Además, mientras ya se decía que Peña Nieto era el vencedor, todavía se recogían urnas por el país para el conteo. Como solía ser así la manera de actuar del PRI, la mayoría de los que dudan de la legitimidad del resultado afirma categóricamente que el partido ha vuelto a la política del clientelismo como forma de acceder nuevamente el poder.
Por otro lado, hubo una presencia también importante de muchos observadores internacionales. La delegación de OEA (Organización de los Estados Americanos) estuvo colaborando con los trabajos electorales y han declarado que el ambiente fue tranquilo y sin problemas, como también no han presenciado intentos de fraude. Junto a esto, reafirman la legitimidad y confianza en el IFE, de la misma manera que hacen otros organismos internacionales. Sin duda fueron las elecciones más vigiladas de la historia de MX.
La pregunta que me hago es: ¿Cómo es posible que el IFE tenga la credibilidad de otros organismos y entes públicos, y no tener prácticamente ninguna confianza de la sociedad? La población está convencida de que el IFE solo legitima resultados fruto de la actuación de la élite política en el país. De hecho, he escuchado incluso teorías de la conspiración en el sentido de que el PAN ha admitido tan rápidamente la derrota porque ya estaba acordado con el PRI de hacerlo. Sería como un acuerdo para la división del poder. (Desde ya digo que esto me parece un poco desproporcionado).
Otro punto que merece una reflexión: ¿Si realmente no hubo fraude, y el ambiente era de tranquilidad, cómo es posible haber tantas denuncias? Algo va mal en esto también. Uno u otra denuncia se aceptaría como parte de la dinámica política. Otra cosa es que exista esta cantidad de denuncias que fueron puestas a público.
Peña Nieto no ha dicho una sola palabra sobre AMLO o sobre las sospechas de fraude. Me parece peligrosa la decisión por el silencio, aunque quizás no haya llegado el momento de pronunciarse y él ha decidido por esperar que los ánimos se calmen. Sinceramente no creo que habrá alguna declaración de su parte.
Ahora, lo que sí me parece adecuado es que el IFE se pronunciara más rotundamente sobre el tema. Es la reputación y la autoridad de esta institución que está en jaque, y cuanto más los días pasan, más la sociedad se pone convulsionada. Esto sí que no es bueno ni siquiera para las instituciones mexicanas como un todo.
No puedo afirmar que hubo fraude. Vivo demasiado lejos para poder comprobar todo lo que he escuchado o lo que he leído. Pero puedo afirmar que hay una imprudencia en el manejo de la situación. México está pasando por una fase muy delicada y ya hay una crisis institucional importante. No es necesario que haya un agravamiento de ello.
Otro dato que me llamó la atención fue el grado de abstencionismo habido. Soy rotundamente en contra de no votar. Si no votamos, dejamos que la decisión sea tomada por otros. Es importante votar y expresar su voluntad, por más que las opciones no sean tan agradables. Dicho esto, los pocos más de 63% de participación en las urnas me pareció un indice muy bajo para la importancia de dichas elecciones. Pueden ser superiores a las previsiones antes hechas, de 60%, pero aún así creo que hay muchos factores que están por detrás de este dato. Esto merecería especial atención por parte de las instituciones de México. Al menos en mi humilde opinión. Sobre el tema, recomiendo la lectura del artículo sobre abstencionismo constante en el sitio web del IIDH-CAPEL.
Para terminar, quiero dejar aquí un pensamiento. De verdad que no deseo que se ponga en practica la estrategia del PRI de combate a los narcotraficantes, de la manera como se ha expresado en la campaña. En este punto Calderón estaba correcto en buscar a los jefes de los carteles y no sus componentes de rango inferior. Si el PRI se restringe solo a la organización y no a sus jefes, hay una fuerte sospecha de "acuerdo" con el crimen organizado, en el sentido de "ustedes continúan ganando, les damos condiciones para esto, desde que se reduzca la violencia". Es una actitud peligrosa que a largo plazo no colabora para la mejora del país.
Ahora estoy lista para recibir todas las críticas que creéis importantes. Me gustaría mucho recibir un feedback de este post.
PS: voy a abstenerme de comentar sobre la influencia de los medios en la victoria de Peña Nieto. Merecería un post solo para esto.
PS 2: Tampoco comentaré sobre los gastos de campaña de Peña Nieto, que han claramente pasado el límite permitido. Otro punto que el IFE debe actuar.
Fui funcionario de casilla (de emergencia, ya que la ley establece que si los ciudadanos que el IFE había capacitado previamente para ello no se presentare, los ciudadanos que estén primero en la fila, si asi lo desearen , pueden ser sustitutos de los ausentes) y puedo decir que no creo que haya habido fraude electoral, en el sentido de manipulación del conteo de votos. Sin embargo, hubo una descomunal compra del voto, quizá la mayor en toda la historia, hubo coacción a servidores públicos en estados gobernados por el PRI, y hubo coacción por parte de los cárteles en algunas regiones de los estados del norte del país, a favor de que votaran por el PRI. Ni hablar, tendremos que aguantar a ese análfabeta de EPN por 6 años.
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