martes, 8 de mayo de 2012

Cuando la democracia, por ser democrática, puede ser lastimada: El caso de los neonazis en Grecia

Antes de empezar con el tema, veamos este vídeo, publicado hoy:



Los subtítulos están en inglés, pero por los gritos, se puede suponer lo que pasa.

Este vídeo me hizo recordar las veces que la democracia, por buena, por permisiva, por el hecho de tolerar a toda y cualquier corriente de pensamiento, puede ser víctima de si misma. No es necesario que se vaya muy lejos en el análisis, Hitler entró por la puerta democrática al poder; ETA (el grupo terrorista español con origen en el País Vasco) también, a través del partido Batasuna; y ahora podemos ver algo semejante en Grecia.

Ya he comentado aquí en el blog de la amenaza real de las ideologías radicales (principalmente las basadas en la ultraderecha) en este momento agudo de crisis. No me recuerdo de ningún régimen político autoritario que haya entrado en el poder en momentos considerados "pacíficos". Esta convulsión que está teniendo Europa ya está bastante evidente como para que se pueda negar los hechos.

La democracia, como forma de gobierno, se basa en múltiples factores que se caracterizan justamente por su amplitud. El pluralismo político no se fundamenta solo en la permisión de diferentes corrientes políticas en el sistema, pero también pide la tolerancia entre dichas corrientes. Yo puedo ser ultraderecha y puedo defender mis principios e ideas, pero de la misma manera no puedo atentar en contra de los ultraizquierda, porque ellos también tienen el derecho de defender lo que ellos creen que sea válido.

¿Donde está el problema? En saber cuáles son las ideas que pueden ser defendidas y cuáles no. En principio, debido a sus propias características, se puede pensar que toda y cualquier idea es defendible. Y además, privar a alguna opción política de defender sus ideales podría ser considerado un acto antidemocrático de antemano. Aquí está la problemática que más se debate en la doctrina sobre la prohibición de partidos políticos y de la existencia de la llamada democracia militante (la democracia que no es neutra, la que es basada en valores y defiende dichos valores ante aquellos que los violan).

Yo particularmente no creo que pueda ser considerada una democracia aquel sistema donde todo se acepta y todo se tolera. Hay principios que, bajo mi punto de vista, están inherentes a ella, que son la libertad, la igualdad, la justicia, el pluralismo, la tolerancia, y otros. 

No pienso que la democracia fue estructurada en la sociedad de manera tan inteligente a punto de no poder traicionarse a si misma, y por más que digan que fueron los ciudadanos los que han elegido su suerte en las urnas, y que esto es una expresión de su voluntad, por lo tanto una decisión legítima. 

No me convenzo porque no hay (y por imposibilidad no puede haber) una mayoría tan absoluta de ciudadanos que voten por una opción política que defienda algo atentatorio a dichos principios y que legitime dicha elección para todos los efectos. Obviamente que hay el principio de la mayoría, pero no puedo consentir que esta mayoría tenga el pleno poder de llevar esta acción política de votar a su más alto nivel, a punto de destruir con la propia democracia de todos.

Que se quede la filosofía del día.


PS: Ahora es acompañar la trayectoria griega de inestabilidad política e ingobernabilidad...

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