sábado, 5 de mayo de 2012

Ideologias extremistas, abstencionismo, crisis económica y desafección política: Bienvenidos a Grecia


El próximo 6 de mayo habrá unas elecciones que incluso Bruselas se preocupa con el resultado. La cuna de la democracia debería tener en estas elecciones la mayor demostración de sus herencias políticas, pero no es lo que aparenta ser. Por lo menos no esta vez.

Grecia fue uno de los países más afectados por la crisis económica en la zona euro, y consideraciones económicas a parte, durante un cierto tiempo ha sufrido un acoso mucho mayor que el destinado actualmente a España. Grecia hace parte de lo que se está llamando el grupo PIGS (con un sabor irónico en el juego de palabras), formado por los países afectados por la crisis, es decir, Portugal, Irlanda, Grecia y España. El hecho es que los griegos están comportándose de manera peculiar ante todo, y lógicamente que esto refleja sobremanera en la política.

Es un sentimiento colectivo: los griegos van a las urnas sin ninguna esperanza en la mejora de sus condiciones de vida. Además, se espera un 30% de abstencionismo, idea muy presente en los jóvenes, principal victima del desempleo, dejando a más de la mitad de los que tienen alrededor de 25 años sin perspectivas.

Si la desafección política está bastante evidenciada, en el escenario partidista también. El actual partido (el PASOK - Movimiento Socialista Panhelénico) será claramente punido en las urnas. Es un resultado evidente incluso cuando se observan los últimos mítines hechos en el centro de Atenas, con el comercio cerrado por temor a protestas violentas, y por la escasa cantidad de simpatizantes y militantes. Junto a esto, considerando que el actual gobierno actúa en coalición con el partido Nueva Democracia (otro de los 2 principales partidos del país, de centro-derecha), hace con que los griegos les miren con una desconfianza arriba de la media, pues si los dos antes eran rivales declarados, hoy ambos tienen una factura a pagar por la situación del país.

Esto abre un espacio importante para otras opciones políticas con contenido extremista de izquierda o de derecha (como neonazis, por más absurdo que pueda parecer). Además, en el ya difícil Parlamento griego la tendencia es que haya aún más fragmentación después de estas elecciones. Son 32 partidos en la disputa del 6 de mayo, ante los 23 que se presentaron en las elecciones anteriores. Y conforme los últimos sondeos, ya hay 10 nuevos partidos que pueden lograr un espacio en el Parlamento, frente a los 5 de las elecciones anteriores. Para complicar un poco más, si antes el PASOK y la Nueva Democracia lograban los 80 por 100 de los votos, generando una alternancia en el poder desde 1974, ahora se espera que no logren el 50%.

Un detalle como mínimo curioso. La campaña electoral ha costado 29 millones de euros, dinero este ahorrado a través de las medidas de austeridad. Vale recordar que de este valor, por lo menos la mitad se estima que vinieron de las arcas del Estado, aunque no hay fiabilidad de datos.

 Ahora, el sistema electoral de Grecia está compuesto a partir de una proporcionalidad reforzada (para garantizar estabilidad gubernamental), formada por un umbral de 3% para que los partidos puedan estar representados en el Parlamento, aunque también se permitía lograr la mayoría (151 de los 300 escaños) siempre que estos correspondan a 39% de los votos. Con la nueva ley electoral a ser aplicada por la primera vez en 2012, 250 sobre 300 se eligen mediante el sistema proporcional y la distribución de escaños se extrae a partir del resultado de la suma de todos los votos válidos reportados por las listas que hayan superado el 3% a nivel estatal se divide por el número de diputados a elegir – o sea doscientos cincuenta . Se emplea este método para sacar el coeficiente electoral. Luego hay una ulterior división entre los votos válidos conseguidos por cada partido o coalición y dicho coeficiente para determinar la cantidad de escaños que corresponden a las varias formaciones. En caso de que de todas estas operaciones salga un número con decimales, se realiza una aproximación por defecto. En este cómputo no se consideran los votos nulos o blancos (Ley 3434/2006), aunque según el Tribunal Constitucional (Supreme Special Court) se trata de una expresión válida por parte de los ciudadanos, en la sentencia 12/2005. El partido que gana las elecciones recibe unos cincuenta diputados más, si consigue, al menos, unos 101 escaños. Este sistema se utiliza para que existan mayorías parlamentarias sólidas a lo largo de la legislatura cuya duración es cuatro años. 

La única previsión que se puede extraer de estas elecciones es quizás la más obvia: El resultado no agradará a Bruselas, y seguramente habrá una paralización - aunque temporal -  del Parlamento griego, hasta que se definan las infinitas coaliciones que se generarán.

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