lunes, 24 de septiembre de 2012

Federalismo en España: ¿Qué realmente se está pretendiendo?

Debido a todo lo que está pasando en Catalunya, están surgiendo voces en la defensa de un nuevo tipo de Estado para España basado en el federalismo. Esta mañana fue Rubalcaba que abordó el tema, y esta tarde fueron algunos presidentes autonómicos del Partido Popular. Pero una frase de Alberto Fabra, presidente de la Comunidad Valenciana, me llamó mucho la atención: cuando se habla de federalismo y reforma del Estado en España, al final, no se sabe a lo que se refieren cuando hablan de un Estado federado.

Pues la misma duda tengo yo. El federalismo es una forma de organización política y administrativa que, desde su surgimiento en 1787 con la constitución de los EE.UU., ha adquirido muchos modelos que fueron formados para alcanzar una unidad política en la cual quepa y se pueda aumentar la diversidad en la solución de problemas, aproximando la democracia (un gobierno del pueblo) a una determinada región, en una concepción de autogobierno. En el federalismo se tiene la idea de un pacto, de una alianza entre Estados (atendiendo incluso al origen de su término en latin: foedus), y que de este pacto, de esta unión, nace un nuevo Estado, en lo cual se espera que cumplan con dos funciones que aparentemente son contradictorias, ya que se produce una separación y una limitación del poder a través de una división vertical de poderes, siendo que paralelamente se protege a las minorías por medio de la autonomía territorial; y también se integra sociedades heterogéneas, asumiendo que conflictos son existentes e inevitables, dando a esta complejidad un perfil de unidad y al mismo tiempo de multiplicidad.

Son dos interpretaciones de  la teoría de la división de poderes de Montesquieu que han originado los modelos de federalismo existentes: el federalismo intraestatal, basado sobre la separación funcional de competencias, división de poderes y también sobre la cooperación de ellos; y el federalismo interestatal, basado en la separación de poderes. Es decir, la división de poderes se refiere al reparto de las funciones del Estado, a la cooperación y coordinación que se debe tener entre las instituciones estatales, originando el federalismo intraestatal. A su vez, la separación de poderes se basa mucho más en la autonomía de las unidades estatales, habiendo una división horizontal de competencias, lo que genera el federalismo interestatal. Se puede mencionar como ejemplo de federalismo intraestatal el caso de Alemania posteriormente a su unificación; y de federalismo interestatal (destacadas diferencias entre si) los EE.UU., Canadá (con su federalismo cooperativo), y Australia.

Ahora bien, la Constitución Española no ha dado una definición a su Estado autonómico, y esto porque en la transición, para atender a todas las demandas traídas por los partidos (de izquierda, de derecha, los nacionalistas...) se dejó en blanco este punto, y tampoco fue puesto un listado con las Comunidades Autónomas, limitándose a establecer un proceso de formación de una CC.AA. En realidad, considerando que los partidos de izquierda y los nacionalistas tenían propuestas por veces muy rígidas con relación a la nueva organización territorial de España, y que los de derecha y de centro ya idealizaban un modelo de tipo italiano, el Estado de las Autonomías ha servido para lograr el consenso deseado para la elaboración de la Constitución. Por lo tanto, ha cumplido su función en aquél contexto histórico.

Poco más de treinta años después se intenta abrir el debate. Quizás no en su mejor momento, considerando la actual situación de España. Cuando Rubalcaba del PSOE defiende un Estado federado, ¿cuál sería este Estado? Cuando realmente se plantee la cuestión de manera seria, ¿cuál es el modelo que más se adecuaría a España posautonómica? Es una pregunta que de momento no tiene respuesta, y aunque se arriesgue una conclusión basada en la actual organización autonómica del Estado, y que dicho pensamiento conduciría - quizás - al modelo interestatal, ¿dicho modelo atendería lo que desean Catalunya, País Vasco, y otros?

Me parece que el debate, por más que sea extemporáneo como se afirmó hoy, será abierto sí o sí, y será abierto para ver si se soluciona este problema que se produjo con las CC.AA. actuales, principalmente con Catalunya. Hay muchos ejemplo en los cuales el federalismo y la descentralización son usados como principios de organización política y administrativa para evitar la caída de sus sistemas políticos (como en algunos países de la ex-URSS). No creo que este extremo sea el caso de España, aunque creo que quizás sea una alternativa muy válida para acomodar el pluralismo que tiene el territorio español. Sin embargo, no sé porque, pero tengo la impresión de que, por más que esto se haga de forma legitimada y auténtica, no estoy segura de que sean satisfechos los intereses de ciertas partes de España...


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