lunes, 17 de septiembre de 2012

Lo nuevo, lo viejo, lo desproporcionado, y lo actual: Catalunya y la posibilidad de su independencia




No hace muchos días que me encuentro en España nuevamente, y veo una gran discusión sobre una eventual independencia de Catalunya. El 11 de septiembre, día conocido por la Diada, se conmemora la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas al mando del duque de Berwick durante la Guerra de Sucesión Española el 11 de septiembre de 1714. Y este año, no solo la crisis económica fue la protagonista de esta celebración, sino también una gran manifestación a favor de la independencia de Catalunya, reivindicación vieja, aunque por veces dejada de lado.

Desde que vine a vivir aquí en España me preguntaba sobre esta petición de algunas partes de este país en separarse, en independizarse. Catalunya actualmente es la que más reclama esto, aunque el País Vasco y Galícia también tienen sus razones. En un Estado de Autonomías que atendió a criterios históricos e intentó repartirse prerrogativas para todos, tarde o temprano dichas regiones se insurgirían a favor de su independencia. No sólo las competencias son más favorecidas a dichas regiones, sino también tienen un idioma propio (no mencionaré la cultura porque esto es óbvio), un régimen fiscal, partidos nacionalistas favorecidos por el sistema electoral, y otros factores que colaboran mucho para que se levante aún más este "grito" de independencia, habiendo incluso un episodio de terrorismo en esta trayectoria.

La división social entre algunas regiones - y aquí mencionaré a Catalunya que es el objeto de este post - y el resto de España está muy evidenciado, a punto de involucrar eventos que antes nada tenían que ver, como puede ser un partido entre el Real Madrid y el Barcelona. Quizás en los clásicos no haya tantas demostraciones de esta naturaleza. Son más comunes en partidos en el estadio del Girona, por ejemplo. Casi siempre que el partido es en Catalunya, se queman banderas españolas, se insultan al rey, a todo lo que se refiera a España. (Para los lectores catalanes del blog, sé que no pasa en todos los partidos). Hay una clara separación entre Catalunya (y catalanes, obviamente) y España país, españoles. En algunos momentos, me parece desproporcionado (como fue en el caso de la prohibición de las corridas de toros en Catalunya, que acabó por no prohibir otras prácticas taurinas más comunes en aquella región), o quizás un tanto innecesario, como viene ahora el tema, aunque no vuelve el asunto menos interesante. Al final, ¿la independencia de Catalunya debe ser debatida en este momento tan delicado por lo que España está pasando?

Aquí expondré un análisis sobre la posibilidad jurídica de esta independencia, pues es lo que nos interesa, aunque creo que los sesgos sociales provocados serán irreversibles.

Antes de todo, no se puede confundir este caso con otros casos conocidos por el mundo, como podríamos citar a Escocia y Reino Unido. En el caso español, la Constitución es muy clara en el sentido de que es una patria común, una nación, una unidad con carácter indivisible (art. 2). El análisis podría parar por aquí, porque está claro que no podría ser admitido un proceso de independencia de Catalunya o de cualquier otra región sin que se cambiara este artículo de la Constitución. Y para reformarlo, el procedimiento atendería al art. 168, o sea, se debería prácticamente escribir otra Constitución (soy de la opinión de que no hay cláusulas pétreas en la CE, sin embargo es tan complicado dicho procedimiento, que básicamente sería hacer otra Constitución). Dicha reforma no saldrá ahora, incluso porque otros temas (quizás más relevantes para España como un todo) no han motivado el inicio de dicha reforma. No creo que motivará ahora.

Sin embargo, se podría pensar en un referéndum. Nada mejor que consultar a los españoles y catalanes (perdona por hacer la división, es solo para dejar claro) lo que ellos piensan. Democracia directa y decisión por la mayoría. Atendería a la democracia y el resultado sería más legítimo, lo que haría ser mejor aceptado. Según la Ley Orgánica 2/1980, de 18 de enero, es de competencia exclusiva del Estado convocar cualquier consulta popular (art. 2.1), condición esta que excluiría la posibilidad de que Catalunya convocara un referéndum, como ya ha dicho que haría. Si se elige esta vía, es el Gobierno quién deberá convocarlo, a propuesta de su presidente (art. 2.2).

Así que, convocado por Catalunya, País Vasco o Galicia, el referéndum sería inconstitucional, por lo tanto, inválido. Y sinceramente, en este momento, Rajoy no lo hará. Tiene demasiada presión por otros asuntos en sus espaldas, y no arriesgará a otro desgaste de este tamaño. Aunque ya existen consultas populares informales indicando que, si hubiera un referéndum en toda España, la independencia sería aprobada, no por ser deseada, sino por el malestar que está causando dentro de la sociedad. 

Por lo tanto, concluyendo el análisis jurídico, no cabe dentro del orden constitucional español una independencia catalana, de la manera como ellos están planteando. Con todo, está claro que la cuestión está lejos de ser resuelta, y con las negociaciones que serán hechas para un nuevo pacto fiscal entre Catalunya y el gobierno central, creo que habrá aun más desacuerdos. 

Como dije, para mí la cuestión es extremamente interesante, aunque peligrosa, porque el problema no es la independencia en sí, son las consecuencias que serán generadas por esto, sin hablar en un eventual (aunque más complicado) efecto dominó. Vengo de un país donde no se plantea una separación de regiones (por más que haya habido un movimiento minúsculo en este sentido), pero ahora vivo en un continente donde parece que los países solo están unidos por los mapas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario