miércoles, 19 de septiembre de 2012

Santiago Carrillo se va y deja muchas lecciones...

Cuando un mal político se va, pues se fue, se lamenta, aunque a veces no tanto. Pasa en todos los países.
Ahora, cuando un buen político se va, no solo se lamenta, sino también se evalúa las lecciones que ha dejado. Es este el caso de Santiago Carrillo.

En sus 97 años de vida, ha vivido todos los grandes eventos políticos de España, desde la 2º República. Participó de la Guerra Civil, vivió el franquismo, se exilió, volvió a su país para participar de la transición democrática, colaboró en la constituyente, fue elegido democráticamente y salió de la vida política por tener principios muy claros dentro de si (ok, ok, por los resultados electorales también), aunque no se ha apartado de ella completamente. Todo ello con el Partido Comunista de España, justo en la época que no era una tarea fácil ser comunista.

Tenía un especial talento para el diálogo y también críticas muy claras desde la época de la transición. Apuntó problemas que hoy en día son muy evidentes, como es la fórmula D'Hondt en el sistema electoral español, y su biografía es admirable.

Es una pena. Por más que tuviera 97 años, pienso hay gente más joven que él en la política española actual que debería irse antes que él.

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